¿Recuerdas qué era noticia hace un mes? Puede que quizá sí, pero ¿y hace tres? Lo que estoy seguro de que sí sabes es que los japoneses cazan ballenas, que muchas multinacionales explotan niños en el tercer mundo y que hay hambre en África. Estos hechos apenas salen en las noticias, pero sabemos que existen porque de vez en cuando determinados grupos los denuncian con acciones dignas de aparecer 20'' en el telediario.
El gran poder de los medios de comunicación de masas radica en que pueden controlar sobre qué pensamos, y la herramienta usada para convertise en la respuesta a este qué se denomina agenda setting.
La agenda setting es la responsable de que no hayas oído hablar de la inmensa mayoría de las más de 25 guerras y conflictos armados que se están dando mientras lees este artículo, de que más de un año después de la tragedia no se haya vuelto a saber nada de Haití o de que sean más noticia las muertes por violencia de género que por suicidio o por accidentes de tráfico, cuando las segundas 'afectan' a más gente que las primeras.
Los medios deciden qué interesa y qué no, en función, en último término, de la audiencia que vaya a reportarles, aunque siempre puede haber intereses de lobbys que paguen por debajo de la mesa, o, sin irnos a casos que impliquen corrupción, de simpatías políticas. Oh, espera.
Sus consecuencias son muy importantes, puesto que el siguiente paso tras provocar un debate en la opinión pública es que éste llega a los políticos, y bien pueden legislar en consecuencia o bien fingir preocupación y diluir en el tiempo la solución hasta que desaparezca de los medios y, por lo tanto, de la 'mente' de la mayoría de la sociedad.
Aunque complicado, es posible beneficiarse de la agenda setting: es relativamente fácil aparecer en el periódico local, por ejemplo llamando a los periodistas para anunciarles que te vas a encadenar desnudo en la plaza del pueblo para protestar por alguna razón. Si conseguimos que a esta acción le sucedan otras impactantes y que más personas se unan a nuetra causa, interesará a los políticos o a la entidad de la que quieras llamar la atención.
Por eso, si se quiere influir en la opinión pública con esta útil pero ingrata herramienta, lo más importante es organizarse y realizar acciones muy concretas en un período de tiempo relativamente corto, o en el caso de ONGs y grupos ecologistas, de manera recurrente, creativa y espectacular, para que no se abandone el tema que nos preocupa entre el torrente de banalidades que son noticias cada día y se hable de él en las cafeterías y en las peluquerías, hasta que con suerte llegue al ayuntamiento o a la Unión Europea que nos interese.