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Los dragones de Hisberia

Se sabía que  en Hisberia había dragones, de hecho era una de sus señas de identidad. Cada vez que los barcos zarpaban de sus innumerables y prósperos puertos, en los países más allá del mar, los comerciantes se jactaban: 'sí, en Hisberia tenemos dragones. A menudo alguno se come una oveja de algún rebaño, pero nunca nos hemos dedicado a darles caza porque en Hisberia nuestros rebaños son gigantescos'.

Pero cuando los tiempos oscuros llegaron, y las ovejas se convirtieron en un lujo, los dragones, que se habían multiplicado en sus inaccesibles nidos, acostumbrados a tener los mejores bocados que llevarse a sus insaciables fauces, no dudaron en incendiar rediles e incluso atacar pueblos para seguir manteniendo su tradicional nivel de vida. 

Los pobres hisberos comenzaron a organizarse, y cada pueblo creó patrullas para ir a dar muerte a los dragones, que estaban empezando a hacer imposible la vida en las tierras de alrededor. Pero habían sido tantos los años de permisividad en los que los dragones habían campado a sus anchas por los prados y las montañas, sin encontrar la más mínima oposición, que habían memorizado cada rincón, haciéndolos prácticamente intocables. No había nadie que pudiera encontrarlos, y si por casualidad daban con uno, enseguida el repulsivo espécimen se escabullía hacia un nuevo y recóndito lugar en el que ocultarse, pero resurgía cada noche para cazar donde habían cazado siempre: en el fruto del trabajo del pueblo.

Hisberia estaba destinada al desastre, porque nadie recordaba la última vez que había oído hablar de los matadragones (los míticos dragones nobles que atacaban a los miembros malignos de su especie) y todo el mundo temía lo que parecía una certeza: que tales criaturas sólo existen en las leyendas.



El inicio del voraz huracán

Corría tan rápido que el aire de sus pulmones le sabía a fuego. Por un momento sintió ser un dragón. Si ignoraba el dolor de sus piernas, que se esforzaban por alejarle de allí, quizá podría empezar a volar, a dejar el suelo, y huir...

Pero como no era un dragón, y realmente nunca lo había sido, no tardaron en alcanzarle.

-¡Soltadme! -les gritó- ¡soltadme!

-Quitadle la camisa - dijo uno de ellos.

-¿Pero qué hacéis? ¡He dicho que me soltéis, cabrones, hijos de puta!

-Cuida tu lengua - esa voz, reconocible en cualquier parte, que seguía siendo tan fría como el hielo, consiguió congelar sus desesperados aspamientos. - ah, ahí está.

Se la arrancó del cuello, donden la había mantenido durante años. Sabía que la había perdido para siempre, y quiso sentirse triste, pero no pudo. Increíblemente se sentía aliviado, pero no conseguía entender por qué.

-Se acabó. Preocúpate de envejecer como es debido. Soñar, en los tiempos que corren, es un privilegio y tú ya te has beneficiado bastante. Toca despertar, y la resaca será terrible.

Se quedó en silencio unos segundos, en los que el extraño grupo comenzó a alejarse. Entonces se armó de valor y gritó:

-¡No lo necesito! ¿Me oyes? ¡Nunca lo he necesitado! ¡Me iré de aquí y encontraré lo que estaba buscando por mi cuenta! Y lo encontraré -dijo en un susurro.

El lúgrube personaje se detuvo. Giró su cabeza, y sin cambiar el gélido tono de su voz, le contestó:

- Para poder huir, primero es necesario haber estado preso.



El cajón de los manteles

Años después, cuando sus herederos abrieran la cómoda, descubrirían con horror cómo la carcoma se había ido comiendo los manteles de fino hilo que con tanto empeño había guardado. Aún se apreciaría entonces que habían sido una obra exquisita, de las que ya no quedaban. Los pedazos que permanecían sanos seguirían pareciendo nuevos, si acaso algo amarillentos, y es que sería tal el celo con el que cuidaría las telas que no las llegaría a usar nunca. Ni una sola vez. Durante toda una vida, 'el cajón de los manteles', estuvo cerrado a cal y canto, esperando para una ocasión lo suficientemente especial que valiera extender tan solo uno de ellos.

Y al final, los únicos seres que habían llegado a disfrutarlos habían sido los gusanos.

No somos aves, pero tampoco estatuas. (Oporto, 2010)

Waltzing Mathilda


Decía que era argentino, que había venido desde el mismísimo cono austral hasta Europa sin dinero, viviendo mil y una aventuras. Supongo que en alguna de esas habría perdido su acento, su pelo y alguno de los muchos dientes que ya no habitaban su boca. Tras unos minutos engullendo cerveza, el pequeño hombrecito, colorado e hipando, empezó a filosofar ante la mirada medio divertida - medio sorprendida de los asistentes a la velada:

El plan para dominar el mundo


El escaso fuego crepitaba en el fondo del oxidado bidón, iluminando el rincón de la enorme nave abandonada donde se encontraban. Lo único positivo de la oscuridad que provocaba aquella noche de lluvia era el ruido de las goteras, que al menos amortiguaba los habituales chillidos de las ratas.

- Algún día aprenderán - dijo el niño, que estaba envuelto en una raída manta tratando de protegerse del frío- me vengaré, juro por Dios que se arrepentirán de todo lo que me han hecho.

Your English Sucks

Después del éxito de vuestro primer álbum ‘A Bullfighter’s love story’ (Historia de Amor de un torero) os jugáis mucho en este disco.

Cari: Jugarnos dice. Quien nos quiera escuchar que nos escuche y quien no que no. Nosotras ya sabemos lo que es trabajar en Mercadona. Si la peña pasa de nosotras, vuelvo a reponer y punto. Eh,¡y con la cabeza bien alta!

Maca: Sabemos que vivir de la música eternamente es impossible, pero mientras nos apoye el público, YES seguirá existiendo. El día que no nos quieran en sus altavoces pulsaremos el botón de borrar y reiniciaremos nuestras carreras.

B.S.O.

La puerta se abre, normalmente, porque hay alguien fuera pulsando el botón. Salgo, y siempre hay dos segundos de desorientación en los que dirijo mi mirada al cartel que indica cuál es la salida correcta, por si acaso. Luego todo se vuelve familiar, casi monótono. 

Entoces lo escucho, leve al principio, tan bajo que podría ser el silbante zumbido de los cascos de alguien cercano. Pero no, al atravesar la valla eléctrica, que se abre automáticamente a mi paso, se disipa la duda.

Impossible is nothing

Los programas que se usan para diseño 3D utilizan un software que en ocasiones fue creado por militares. Al desarrollar uno mejor, el obsoleto se vende y comercializa, con lo que  nos encontramos ante la irónica situación de que lo que ahora crea mundos que nos hacen soñar, ha podido ser la causa de las pesadillas de cientos de personas.

Muchas veces no nos damos cuenta del mal al que colaboramos con nuestras acciones, como cuando compramos en Nike o comemos bollería industrial. El hombre es así, venimos así de fábrica. Capaces de lo mejor y lo peor para conseguir nuestro bienestar. Nos creemos evolucionados y en el fondo seguimos como en las cavernas, donde sólo importaba una cosa: sobrevivir de la forma más cómoda posible, pisando a la tribu que hubiera que pisar para robarles la comida o que pagaran tributos por miedo a la represalia de los garrotes.

Pero que siempre haya sido así no quiere decir que tenga que ser lo correcto. ¿No apareció la vida en el mar, y acabó conquistando el cielo y la tierra? ¿Se soñó siquiera con alcanzar la Luna cuando descubrimos el fuego? No. Pero ocurrió, y hoy estamos aquí, aunque a veces parezca que lo único que nos diferencia de nuestros ancestros es que ellos podían ver un cielo cuajado de estrellas donde nosotros solo vemos un manto negro indiferente.

No les demos la razón a los que no la tienen. Vivamos su mentira, pero siendo conscientes de que nos mienten. Que se metan sus garrotes por el culo.

Justifica los Viernes: El Viaje del Héroe



El 'corto' que os traigo este viernes es de una cálidad pésima (parece sacado del paint) pero creo que es importante ponerlo aquí por el tema del que habla. 'El Viaje del Héroe' muestra los doce pasos que se dan en la mayoria de las historias a nivel narrativo, que describe el autor Joseph Campbell en su oba 'Las Mil caras del héroe'. Pensad en cualquier película o libro porque es muy fácil de aplicar, incluso en historias no épicas.

Ya había escuchado hablar de este tema, pero lo he recordado hoy gracias a meneame y la entrada de este blog, que contiene la siguiente imagen, dónde se ve claramente que las historias, por muy difentes que parezcan entre sí, tienen una estructura común básica en la que sólo cambian los nombres y el decorado. Esto los guionistas lo saben muy bien, pero con todo, aunque la estructura sea la misma, la originalidad radica en cómo aplicarla. Y por supuesto, en cómo no hacerlo ;)

Si os interean los pasos, sacados de Wikipedia, son los siguientes:
  1.  Mundo ordinario - El mundo normal del héroe antes de que la historia comience.
  2. La llamada de la aventura - Al héroe se le presenta un problema, desafío o aventura.
  3. Reticencia del héroe o rechazo de la llamada - El héroe rechaza el desafío o aventura, principalmente por miedo al cambio.
  4. Encuentro con el mentor o ayuda sobrenatural - El héroe encuentra un mentor que lo hace aceptar la llamada y lo informa y entrena para su aventura o desafío.
  5. Cruce del primer umbral - El héroe abandona el mundo ordinario para entrar en el mundo especial o mágico.
  6. Pruebas, aliados y enemigos - El héroe se enfrenta a pruebas, encuentra aliados y confronta enemigos, de forma que aprende las reglas del mundo especial.
  7. Acercamiento - El héroe tiene éxitos durante las pruebas.
  8. Prueba difícil o traumática - La crisis más grande de la aventura, de vida o muerte.
  9. Recompensa - El héroe se ha enfrentado a la muerte, se sobrepone a su miedo y ahora gana una recompensa.
  10. El camino de vuelta - El héroe debe volver al mundo ordinario.
  11. Resurrección del héroe - Otra prueba donde el héroe se enfrenta a la muerte y debe usar todo lo aprendido.
  12. Regreso con el elíxir - El héroe regresa a casa con el elíxir y lo usa para ayudar a todos en el mundo ordinario.